Finalmente Don Carnal se despidió y dió paso a Doña Cuaresma.
La sardina estuvo acompañada de guapas plañideras.
Las fuerzas de élite de Manzanares, controlaron el entierro en todo momento.
Autoridades civiles y militares también estuvieron presentes.
Diversas congregaciones del clero encabezaban la dolorosa comitiva.
Una amplia comitiva de familiares y amigos acompañaron a la sardina.
Los enteradores portaron a hombros un magnifico ataud de caoba para la difunta sardina.
Los conductores de la funeraría "Hasta luego Lucas" llegaron un poco tarde a tan magno evento.
Las fuerzas vivas del pueblo no podían faltar a tan renombrado entierro.
Manzanareños de todas las edades desfilaron ante este asador de sardinas para saborearlas, junto a un trozo de pan y un chato de buen vino.
Carnavaleros de pro, ataviados con la blusa manchega fueron los encargados de asar y repartir esta rica vianda.
Los vecinos de manzanares no faltaron a esta tradicional cita de los últimos años.
De buena mañana la olor a sardinas asadas inundaba parte del pueblo.