El objetivo de la
investigación, que cuenta con el apoyo del IDISCAM, es mejorar el diagnóstico y
abordaje de la enfermedad, analizando los factores ambientales, personales y
sociales de riesgo que puedan estar contribuyendo al aumento de casos.
La investigación está
liderada por el grupo InveGAIm, adscrito al IDISCAM, con la participación del
Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica (ICCA) de
la UCLM y la colaboración activa de la asociación SFC-SQM Castilla-La Mancha y
de la Confederación Nacional (CONFESQ).
Manzanares (Ciudad Real), 23 de
junio de 2025.- Castilla-La Mancha avanza en proyectos de investigación en
salud que buscan mejorar la vida de las personas que padecen alguna enfermedad.
Es el caso del grupo de profesionales de la Gerencia de Atención Integrada de
Manzanares que lideran una investigación que pretende determinar la prevalencia
actual en España de los factores asociados a la Sensibilidad Química Multiple
(SQM), una enfermedad crónica infradiagnosticada que afecta a personas que
desarrollan reacciones adversas ante niveles muy bajos de productos químicos comunes.

El equipo InveGAIm compuesto por
profesionales médicos, Carmen Granda, y enfermeras Yolanda Prieto, Laura
Cervantes y Juan Antonio Pavón, cuenta con el apoyo de IDISCAM. Se trabaja de
forma conjunta con el Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación
Atmosférica (ICCA) de la UCLM gracias a la participación de la doctora en
Química, Florentina Villanueva, y la asociación de pacientes SFC-SQM
Castilla-La Mancha y de la Confederación Nacional (CONFESQ).
La Sensibilidad Química Múltiple
se caracteriza por síntomas como dolores de cabeza, fatiga extrema,
dificultades respiratorias, náuseas, irritación ocular o alteraciones
cognitivas, entre otros síntomas que aparecen tras la exposición a químicos
presentes en productos como perfumes, detergentes, pesticidas, combustibles o
pinturas.
Algunos de estos síntomas, muchas
veces severos, “tienen un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes,
aunque sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada”, explica la doctora
Carmen Granda, investigadora y subdirectora médica de la Gerencia de Atención
Integrada de Manzanares. Actualmente se desconoce la etiología de la
enfermedad, por lo que es difícil de reconocer y abordar, añade. De ahí que el
mejor tratamiento en la actualidad siga siendo evitar la exposición a los
posibles factores asociados.
Cuando el mejor abordaje parte de
adoptar medidas de prevención eficaces surge la necesidad de “identificar
posibles causantes o desencadenantes en nuestro entorno”, explica Laura
Cervantes, investigadora principal del grupo InveGAIm dedicado a estudios de
Atención Primaria, salud pública y cuidados de la salud en el marco del
IDISCAM.
Conocer mejor las causas en
nuestro entorno y adoptar medidas de prevención eficaces, de sensibilización
social, sanitaria e institucional sobre SQM, “disminuiría la incidencia y
mejoraría la calidad de vida de los pacientes”, subraya.
Primera encuesta nacional
El estudio busca visibilizar una
enfermedad emergente y mejorar la prevención, el diagnóstico y la calidad de
vida de los pacientes. Con este objetivo se ha lanzado la primera ‘Encuesta
Nacional sobre Sensibilidad Química Múltiple’ que permitirá identificar el
impacto que los factores asociados a la SQM tienen en la población.
En esta fase del estudio la
“colaboración de las asociaciones de pacientes está siendo determinante”,
explica la doctora Carmen Granda. Desde el primer momento “contamos con la
ayuda activa de la asociación SFC-SQM Castilla-La Mancha y de la Confederación
Nacional (CONFESQ), quienes están trabajando conjuntamente para asesorar e
impulsar la participación en este estudio.
Es importante, añade Laura
Cervantes, que todas las personas afectadas por Sensibilidad Química Múltiple,
cuenten con diagnóstico confirmado, completen la encuesta, ya que la
información recopilada “será fundamental para visibilizar el impacto real de la
enfermedad y mejorar las respuestas sanitarias, sociales e institucionales
dirigidas a los pacientes”.
La participación en la encuesta
es completamente anónima, voluntaria y segura. Estamos convencidos, incide
Yolanda Prieto, miembro del equipo de investigadores de Manzanares, que la
información recopilada “será clave” para visibilizar esta enfermedad,
comprender mejor su origen y evolución, y promover medidas más adecuadas de
prevención y atención sanitaria.
“Con esta encuesta queremos dar
voz a los pacientes, entender mejor sus entornos y contribuir a una mayor
concienciación social y médica.”, añade Juan Antonio Pavón, enfermero del
Centro de Salud Ciudad Real 2, especialista en Enfermería Geriátrica.
Salud humana y medioambiente
La estrecha interdependencia del
medio ambiente, la salud animal y la salud humana requieren un abordaje
conjunto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha acuñado el concepto ‘One
Health’ o ‘Una Salud’, cuyo enfoque se recoge también en el Plan de Salud H3.0
de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha.
Esta investigación responde a esta
filosofía, explica Carmen Granda, quien sostiene que es un pilar fundamental
vincular la salud humana con el medioambiente y “sensibilizar más a la sociedad
general sobre cómo la exposición a factores de nuestro entorno afecta la salud
de todos”.
Las conclusiones de este estudio
van a beneficiar directamente a los pacientes de SQM, pero también para el
resto de la sociedad, añade. Los problemas de salud relacionados con sustancias
químicas del medio ambiente no solo tienen que ver con SQM, por ejemplo “es
conocida la relación de los “químicos eternos” tan presentes en nuestro entorno
y que se acumulan en los organismos vivos, con enfermedades del desarrollo, la
reproducción, el sistema endocrino o el cáncer”, explica la investigadora y
subdirectora médica de Manzanares.
También pasa con los plásticos,
por ejemplo, se han encontrado micro y nanoplásticos incluso en la etapa fetal
o en muestras de tejido cerebral, que pueden tener efectos tóxicos y también
afectar como cuerpos extraños, subraya Carmen Granda, o” con los compuestos
orgánicos volátiles que emiten multitud de productos cotidianos, con gran
reactividad química y su relación con el cáncer”.
Ante esto, concluye la
investigadora, hay que promover la investigación para conocer y reducir la
exposición, buscar alternativas seguras, e informar y concienciar a la
población sobre dónde están esos riesgos para poder evitarlos, incluso con
gestos sencillos como ventilar adecuadamente los espacios interiores, así como
concienciar a los reguladores para limitar su uso.