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| Beatriz Labián & Isidro García Nieto - 24-06-16 |
La Fundación “Daniela” pretende
potenciar la creación de nuevas redes de profesionales especializados en la
intervención con personas transexuales y transgénero, con el fin de permitir un
intercambio de información constante, apostando porque esta red incluya
profesionales, tanto en el ámbito clínico como de intervención social,
psicológica y educación.
Beatriz Labián, concejal de
igualdad del ayuntamiento de Manzanares, fue la encargada de presentar la
conferencia “Infancia y Adolescencia Trans. Una Realidad desconocida” que tuvo
lugar en la Biblioteca Municipal “Lope de Vega” con motivo y como preámbulo a
la Fiesta Summer Rainbows que se organizó en Manzanares. La ponencia corrió a
cargo de Isidro García Nieto, trabajador social-sexólogo y gerente de la Fundación
Daniela, que aseguró que desde la Fundación se considera importante
sensibilizar a la sociedad sobre cual es la realidad que viven niños y niñas,
jóvenes y adolescentes, así como sus familias con el objetivo de erradicar el
estigma y discriminación “que hoy en día siguen sufriendo las personas trans.”
decía el conferenciante.
Labián señalaba que desde la
Fundación “Daniela”, una entidad sin ánimo de lucro, se apuesta por la
formación de los profesionales sociosanitarios, para así evitar la discriminación
o el trato inadecuado que en muchas ocasiones sufren los jóvenes transexuales y
transgénero. Una Fundación, según aclaraba la concejal, que trabaja sobre
varios ejes, entre ellos dotar de conocimientos especializados y herramientas
adecuadas a los profesionales de la intervención social y sanitaria para que
puedan realizar un abordaje adecuado de las problemáticas específicas que
experimenten estos niños y adolescentes.
Uno de los objetivos de Fundación
Daniela es “mejorar el conocimiento que la sociedad tiene sobre la realidad de
los menores y adolescentes transexuales y transgénero” informaba la edil, y
además para esta fundación la discriminación y los prejuicios no son más que un
producto del desconocimiento de una realidad. Por eso, además de las labores
formativas, Fundación Daniela tiene como fin primordial la financiación de
nuevas investigaciones sobre esta realidad, pues la erradicación del estigma y
la discriminación es algo prioritario.
Por su parte, Isidro García,
,hablaba en su ponencia que es importante sensibilizar a la sociedad de la
realidad y sobre sus necesidades educativas, médicas, y una regulación legal
que permita el reconocimiento del nombre y género de las personas antes de los
18 años. En cuanto a los consejos o pautas a seguir sin un niño o niña
manifiesta que ese sexo que le asignaron al nacer, no coincide con su identidad
de género, lo primero es escucharles y si persiste en el tiempo, buscar ayuda
para permitir a las familias manejar la situación, y poder dejar que su hijo o
hija se desarrolle como cualquier otro niño o niña.
La transexualidad, decía el
trabajador social y sexologo, no es un problema “el problema es la transfobia”
y lo que hay que hacer es facilitar herramientas a las familias, para que
puedan acompañar a sus hijos e hijas desde esa perspectiva despalogizante.
Igualmente García señalaba que la orientación sexual es diversa, y desde la
Fundación “Daniela” se acompaña a cualquier persona para la mejora de la
vivencia de su identidad de género o de la orientación sexual.
Referente a la concienciación por
parte de padres y adultos, a que los hijos tengan una vida normal dentro de su
condición sexual, el conferenciante quiso dejar claro que “hay que partir de
que lo normal es la diversidad”, por tanto una identidad sexual normativa o una
identidad de género normativa no hay nada que le saque de esa normalidad, “pues
lo normal es la diversidad” remarcaba García. En este sentido señalaba Isidro
García, que “sí que es verdad que cada vez hay más familias que saben que es
posible que sus hijos no se identifiquen con el sexo asignado al nacer”. Por
ello se necesitan herramientas para mostrarse al mundo tal y como son, que
realmente es lo único que necesitan para ser felices, y sobre todo, alejarse de
perspectivas patologizantes como que es una enfermedad o utilizando terapias
agresivas, en las que se intente modificar o intentar no expresar la identidad
de género.
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