El anuncio del Gobierno de Rajoy
de autorizar la petición de cierre de ELCOGÁS de Puertollano, que habían
solicitado sus actuales dueños, puede ser el mazazo definitivo a todo un sector
industrial y a una comarca que fió a la Energía su apuesta por la diversificación
económica, más allá del complejo petroquímico de REPSOL.
Lo cierto es que aquella acertada
apuesta por la ciudad de la energía, vino acompañada de todo un aluvión de
subvenciones y ayudas públicas para así atraer inversores, pero también son normalmente el campo de cultivo
propicio para todo tipo de cazaprimas sin escrúpulos, que una vez optimizadas y
amortizadas sus iniciales inversiones, se marchan dejando un rastro de cierres,
fábricas abandonadas y miles de ilusiones enterradas en la incertidumbre del
desempleo. Mientras todos los países avanzados e industrializados de la UE, invierten en energías limpias y
renovables, para así ganar en soberanía energética, en España estamos
liquidando y dinamitando el sector, para quizás dentro de unos años tener que
recomprar una tecnología que hasta hace bien poco producíamos y desarrollábamos
aquí, generando empleo y riqueza.
En apenas unos 3 años, cerca de
2.000 empleos relacionados con las energías limpias y renovables han sido
destruidos en Puertollano (Silicio Solar, Solaria, E-ON, contratas, etc....), y
aunque en buena parte se puede achacar a decisiones puramente empresariales,
relación coste-beneficios, no es menos cierto, que el frenazo impuesto a las
renovables, la ausencia de una apuesta estratégica por un nuevo modelo de
desarrollo basado en la industria y las nuevas tecnologías o las decisiones
políticas tomadas en la línea de criminalizar y penalizar la autogeneración y
autoconsumo de energía (Soria tiene paralizado de momento el Decreto sobre
autoconsumo), junto a la falta de definición de un modelo energético sostenible
para el futuro, son las verdaderas causas de fondo de esta debacle industrial y
laboral.
ELCOGÁS, hoy considerada una
central de referencia y de las más avanzadas de Europa, fue posible no solo por
la decisión de sus socios, sino también por las importantes ayudas públicas
directas e indirectas obtenidas para investigar y perfeccionar un sistema de
gasificación del carbón, que ha ido evolucionando hacia el aprovechamiento de
otros residuos y subproductos de diferentes procesos industriales.
Los avances técnicos y las
mejoras productivas obtenidas por estos años de investigación y desarrollo, han
supuesto una mejora de las cuentas de resultados de las empresas asociadas,
algo que no se ha tenido en cuenta a la hora de hacer ese balance o cuenta de
resultados que justifica la petición de cierre.
En un país serio, los sectores
económicos estratégicos más importantes no quedan únicamente al capricho de los
mercados, así tenemos que dentro de los socios de ELCOGÁS aparecen empresas
estatales de otros países de la UE, o que en los países más industrializados,
la presencia de empresas públicas en estos sectores ha servido para evitar
situaciones de oligopolio y dominio sobre sus mercados nacionales. Aquí en
España no hay Dios que nos explique una factura de la luz, y menos ahora con
las ofertas en tramos horarios, y otras pantomimas de supuesta liberalización.
Por tanto el problema de ELCOGÁS
no es más que una parte del gran problema nacional, como es la definición de un
modelo energético social y sostenible que nos
garantice un suministro eficiente para empresas y familias, que lo haga
a precios razonados y razonables, y al margen de maniobras especulativas.
En definitiva, ahora toca que el
Estado defienda su inversión en ELCOGÁS, y que lo haga desde la óptica más
general posible: empleo, I+D+i. Un modelo energético sostenible desde el punto
de vista social, económico y ambiental.
El cierre de ELCOGÁS es un palo
añadido a la economía regional, y en especial para la comarca de Puertollano,
pero lo peor es la falta de alternativas para la creación de empleo y sobre
todo para incidir en la pérdida de capacidad tecnológica y productiva para el
futuro. Izquierda Unida viene apostando
desde hace años por recuperar la presencia del sector público en sectores
estratégicos, desde la energía, suministros básicos como el agua, la Banca, el
Transporte y las Comunicaciones o la gran industria pesada.
Pero nacionalizar no valdría de
nada sino abordamos el modelo social y económico de futuro que queremos, y si
estamos dispuestos como país a aguantar las presiones de las grandes
corporaciones que están detrás de estas compañías, en su mayoría anteriormente
públicas. Una vez más el conflicto entre Capital y Sociedad, en el que no caben
posiciones intermedias ni actitudes equidistantes, sino centrarse en el
problema y la solución.
Fdo. Daniel Martínez Sáez
Coordinador Regional de IU
Castilla-La Mancha
Fdo. Miguel Ramírez Muñoz
Coordinador Provincial de IU de
Ciudad Real