LECCIÓN DE ECONOMÍA.
…pero que esos números no son los de la mayoría; una mayoría
que piensa en su hipoteca, en su desahucio, en la precariedad de su empleo, en
el negocio que se tambalea…
Abran el libro por la página 2014 (ya se sabe que los
tratados de economía son mastodónticos). Hoy vamos hablar de cómo se sale de una
crisis; de cómo hemos dejado atrás una crisis que a todas luces parecía
irresoluble. Y el ministro, metido a profesor, o el profesor metido a ministro,
que nunca se sabe, hace hincapié en el salto cualitativo que se ha dado en un tiempo record. Y explica la lección desde
la seriedad que debe infundir a su rostro para hacerlo creíble.
Hemos salvado escollos como la prima de riesgo, la
precariedad de los bancos, la desconfianza de los inversores extranjeros.
Estamos convencidos de que nuestra economía crecerá el 1,5% en los próximos dos años, que
rebajaremos el déficit al 3% que nos exige Europa. A partir de ahora se va a
crear empleo neto, los bancos están volviendo a dar beneficios…
Rinnnnnng.
Señores, ha terminado la clase. Mañana seguiremos hablando
sobre este asunto. Buenos días.
La clase magistral ha terminado. Los alumnos, que ya son de
fin de grado, salen meneando la cabeza, comentando sus
propios criterios,
analizando las afirmaciones del profesor
metido a ministro, o del ministro metido a profesor, que nunca se sabe.
Pero hay que aprobar el curso, que algunos arrastran desde segundo. Y este profesor es un hueso con el que no valen
teorías encontradas. Hay que aprenderse la lección tal y como la enseña. Es más
hay que creérsela.
Pero los que no tienen esos conocimientos, ni la obligación
de tenerlos so pena de otro suspenso, se limitan a constatar lo que ven, o lo
que viven en sus propias carnes, o lo que podrán vivir si la suerte no les
viene de cara y la empresa en la que trabajan cansada de ERES, opta por cerrar.
Y le dicen a ese ministro con cara de profesor, o a ese
profesor con cara de ministro, que ya hemos dicho que nunca se sabe, que las
cosas no son así; que es posible que a nivel europeo estén consiguiendo cuadrar
los números (sus números); pero que esos números no son los de la mayoría; una
mayoría que piensa en su hipoteca, en su desahucio, en la precariedad de su
empleo, en el negocio que se tambalea…
Y le dicen que los bancos no conceden créditos o los
conceden a altos tipos de interés cuando el BCE sigue manteniendo intereses
bajo mínimo. Y que la vida sube, y que el euro nos empobrece. Y le hablan de
miedo, que es una palabra que no viene en los tratados de economía. Miedo a la
oscuridad de su futuro, a la incertidumbre de seguir cobrando esa pensión que
durante todos sus años de trabajo han ido acumulando; y los estudiantes que han
terminado su carrera con el esfuerzo propio, el de los padres, y por qué no
decirlo, el del propio gobierno, le dicen que para qué se han esforzado, que
adónde tienen que ir para conseguir
trabajo, ese trabajo para el que están cualificados…
Así que, Señor Ministro, tratemos de ser coherentes para
explicar la lección de forma que hasta el más torpe la entienda. Yo me alegro
de que sus números cuadren, pero me alegraría mucho más, si cuadraran los
nuestros…
-Jerónimo Calero Calero-