Están desmantelando nuestra sanidad pública y puedo
afirmarlo no porque lo haya leído en la prensa, lo afirmo porque lo he vivido y
lo he sufrido.
11-01-15 La vida te cambia en un segundo. Pasas de la tranquilidad
del sofá a correr de un lugar a otro mientras pierdes la concepción del tiempo,
solo porque la vida decide asustarte. Momentos en los que esa misma vida te
pone a prueba y te recuerda que las riendas las lleva ella y que si quiere se
va, y que si quiere vuelve, y que si quiere te amenaza con su huida para
finalmente quedarse. Pero tranquilos, no
estamos solos aunque intenten abandonarnos. Tenemos héroes que hacen milagros
para que esto no suceda. Tenemos héroes que luchan por nosotros a pesar de que
no les dejan salvarnos.
Tenemos héroes que luchan por nosotros a pesar de que no les
dejan salvarnos.
Por motivos personales, estuve en menos de 12 de horas en
tres hospitales diferentes. Tres hospitales públicos que pertenecen al
descubierto que en Navidad hay menos enfermos de urgencia? ¿Quién ha decidido que en fin de semana no son necesarios especialistas a los que esperan pacientes graves? ¿Quién gestionó la compra de un helicóptero que podía despegar en un hospital pero no aterrizar en otro? ¿Quién decide que un paciente al que le falta tiempo tiene que esperar porque hay ambulancias guardadas sin personal? Mientras pasaban las horas, y mientras veías aumentar el riesgo que toda esta espera innecesaria conllevaba. Y descubres que tenemos profesionales atentos y volcados en hacerte todo mucho más fácil a pesar de que a ellos cada día se lo ponen más difícil.
Héroes con pijamas verdes y batas blancas corriendo de un
lugar a otro y atendiendo a pacientes a los que la vida daba la espalda
Están desmantelando nuestra sanidad pública y puedo
afirmarlo no porque lo haya leído en la prensa, lo afirmo porque lo he vivido y
lo he sufrido. Porque todos merecemos ser atendidos con calidad y porque esos
héroes de los que hablo se merecen que les dejen trabajar para que puedan
seguir salvándonos la vida. Porque me parece totalmente inmoral ahorrar quitándole
las posibilidades de vivir a los demás. ¿Dónde se han quedado las prioridades
de esa sociedad? Que se apueste por ellos, por los que investigan, por los que
atienden, por los que cuidan, por los que trasladan, por lo que limpian, por
los que luchan por salvarnos.
Creo que queda claro, sin necesidad de especificar mucho
más, quien es el héroe y quien el villano. Solo espero que en esta historia el
autor decida que tienen que ganar los que luchan, los que apuestan por la vida
más allá del ahorro de una crisis que está sirviendo de excusa más allá de sus
posibilidades.
Infinitas gracias aquellos héroes a los que no dejan
salvarnos, y aun así, hacen milagros.
Miriam Rodríguez Torres