Fundada en 1924, esta empresa familiar ya llega a su quinta generación
La empresa manzanareña Cárnicas Márquez celebró
este martes el acto central de su centenario. En el mismo lugar donde comenzó
su andadura en 1924, festejó este primer siglo de vida junto a autoridades,
clientela y amigos.
Llegar a 100 años no es nada
fácil para una empresa, y mucho menos cuando se trata de una empresa familiar.
Por ello, había que celebrar la efeméride como se merece. Junto a sus
instalaciones, en la calle Jacinto Benavente, Cárnicas Márquez realizó su
fiesta de 100 cumpleaños con su numerosa y fiel clientela junto a una
representación de la Corporación Municipal. Hubo discursos de agradecimiento,
música, animación infantil y, por supuesto, degustación de sus productos.
“No pensaba que íbamos a llegar tan lejos, y todo a base de esfuerzo, dedicación, ilusión y trabajo que me inculcaron desde los 13 años, y no he hecho otra cosa en mi vida”, declaraba Manuel Márquez-Villarejo Naranjo, representante de la cuarta generación del negocio. “Son muchos años de legado y es un orgullo y una responsabilidad”, añadía Francisco Márquez-Villarejo Selva, de la quinta generación.
En 1924 comenzaron las emisiones
de radio en España, se creó Telefónica y se fundó el Rayo Vallecano. Y en
Manzanares nació Cárnicas Márquez. La andadura de esta empresa familiar comenzó
con Manuel Márquez-Villarejo. Eran tiempos difíciles, en el inicio de la
dictadura de Miguel Primo de Rivera en nuestro país. Luego llegaron la II
República, la Guerra Civil, la dictadura de Franco, la transición, la
democracia… y hasta una pandemia.
Y en todo este tiempo, se
sucedieron en su negocio las generaciones Márquez-Villarejo. Otro Manuel, hijo
del fundador, tomó el relevo. Siguieron los nietos, Manuel, Valentín y
Francisco; luego los biznietos, los dos primos que compartían el nombre de
quien inició la saga; y que alcanza la quinta generación con Francisco. “Es un
trabajo sacrificado que mamas desde pequeño, de los abuelos, de tus padres, y
esa dedicación la llevas dentro y lo haces con alegría y orgullo”, añadía.
Cuando comenzó el negocio, apenas se mataba ya que con el verano no había cámaras frigoríficas en las que conservar la carne y los Márquez pioneros aprovechaban sus vacas en la época estival para vender leche. La tercera generación fue con la que despuntó la carnicería.
Las actuales y modernas
instalaciones de Cárnicas Márquez en la calle Jacinto Benavente son fruto de la
reforma que se realizó en el año 2000 en la casa familiar donde se inició el
negocio hace un siglo. Además de este punto de venta, también mantienen otro
desde su origen en el mercado municipal, incluso en los tiempos en los que este
se celebraba en la plaza de la Constitución.
El negocio creció y, actualmente, cuenta con cebadero propio, sala de despiece y todo el circuito hasta la sala de venta. Cien años después, cuenta con entre 13 y 15 trabajadores y una clientela fiel. “Te llena de orgullo que tantas generaciones de clientes pasen por aquí y eso te anima a seguir, es un orgullo”, reconocía Francisco Márquez. “Algo habremos hecho bien para que vuelvan día a día”, añadía Manolo.
Con la misma ilusión que el primer día, la gran familia de Cárnicas Márquez afronta el futuro después de un siglo de constancia, dedicación y trabajo, mucho trabajo. ¡Feliz centenario!