Gracias, por haber
compartido conmigo parte de tu vida y de tu amistad; gracias por ser como eras,
y por haberme enseñado tantas y tantas cosas que jamás podré olvidar; por
enseñarme a luchar por los demás sin pretender obtener nada a cambio; por
enseñarme a comprender aquellas palabras prohibidas, como libertad, igualdad,
democracia, y tantas otras que hoy
podemos decirlas con orgullo y sin miedo.
Gracias, por meterme en el
entramado del Club, de nuestro añorado y querido Club Jace, en donde de tu mano
conocí la cultura con mayúsculas, la solidaridad, el trabajo en equipo, la
ilusión de hacer y de crear, de enseñarme a escuchar la música y sobre todo por
presentarme aquellos grandes desconocidos para mi como eran los Beatles, y de iniciarme en el
arte de la fotografía, en definitiva gracias por tantas y tantas cosas que me
han servido para forjar parte de mi personalidad.
No soy capaz de seguir
escribiendo, porque la desazón me turba las muchas ideas y sentimientos, que
desordenados y rápidos llegan a mi cabeza como un disparo de Flash, y que no
logro poner en orden; pero si quiero decirte lo que tú decías en la
introducción de tu libro ¡Quien Se Esfuerza Vive, Una época Irrepetible!: “ESTA ES UNA HISTORIA (en este caso
carta) ESCRITA CON EL ALMA.
Sabes que siempre ocuparas
un lugar preferente en mi corazón. Te quiero, y hasta siempre.
Pd. Humphrey bogart, en sus
películas lucia su sombreo y su gabardina, acompañado de un Cadillac, pero tú,
no le andabas a la zaga con tu “gabardina beige” tu “boina negra” y tu Citroën
Dyane 6 amarillo.