El grupo criminal tenia su base en Manzanares
Según informa el Diario Lanza en
su edición digital, agentes de la Guardia Civil de las provincias de Ciudad
Real y Toledo han asestado un importante golpe al robo organizado de aceituna
en esta última campaña, con la detención de 23 personas, 17 de ellas en la
provincia de Ciudad Real, en dos
operaciones distintas pero relacionadas con el hurto de trescientas
toneladas de aceituna, de las que se ha conseguido recuperar dieciocho.
Las operaciones bautizadas como
‘Malaoliva’ y ‘Rebusco’, han permitido el esclarecimiento de 66 robos cometidos
en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Córdoba, Jaén y Málaga, tras
una investigación simultánea en Ciudad Real y Toledo, que empezó el pasado mes
de diciembre.
También han sido investigadas
otras doce personas y se dan por
desarticulados tres grupos delictivos dedicados al hurto de aceituna.
En las operaciones se han
incautado varios vehículos y efectos empleados para recoger la aceituna, según
informó ayer desde Toledo el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José
Julián Gregorio.
La operación ‘Malaoliva se inició
a finales de diciembre, cuando agentes de la Guardia Civil de Manzanares
comenzaron a investigar robos de aceituna cometidos en esa comarca a lo largo
del mes.
En el marco de las
investigaciones, los agentes detectaron en la zona vigilada y en plena noche,
un monovolumen oscuro que no pudo ser identificado, si bien horas después se
denunció el robo de aceitunas en una zona muy próxima al lugar donde se había
visto el vehículo.
Días después y también de noche,
los agentes detectaron un vehículo ocupado por tres personas con antecedentes
por delitos cometidos en explotaciones agrícolas y descubrieron que en el
vehículo había tres cerdos ibéricos, recientemente sacrificados, en el
maletero.
Los agentes establecieron una
posible relación entre este hecho y los robos de aceituna de la zona, al
averiguar que estas tres personas también usaban un monovolumen similar al que
habían visto noches atrás, por lo que decidieron investigar ambos vehículos,
que fueron vistos en explotaciones agrícolas de Ciudad Real, Córdoba, Jaén y
Málaga, donde incluso fueron sorprendidos robando aceituna.
La Guardia Civil averiguó que
estas tres personas formaban un grupo criminal, con base en Manzanares, que
actuaba en varias provincias y que vendía lo robado en una almazara de Malagón,
y también descubrieron que podían tener relación con otras personas instaladas
en Llanos del Caudillo, que también se podrían dedicar al robo de aceituna.
El modus operandi de ambos grupos
era similar, ya que aprovechaban el día para localizar la zona donde delinquir,
por la noche robaban la aceituna y, al día siguiente, lo llevaban a la almazara
para evitar que se les detuviera.
En esta operación, se han
detenido a catorce hombres -todos de nacionalidad rumana y algunos, con
antecedentes por hechos similares- por ser los presuntos autores de los robos
de aceituna, y a otras tres personas -de nacionalidad española- por un delito
de receptación, pues eran el titular de la almazara y sus hijos.
En la inspección realizada en la
almazara, los agentes descubrieron un desfase entre las anotaciones de aceituna
recibida y los litros de aceite obtenido, que alcanzaba los 150.000 kilos,
valorados en 100.000 euros.
Con estas detenciones, se dan por
desarticulados dos grupos delictivos que habían cometido 45 robos y, en
concreto, 34 en Jaén, 6 en Ciudad Real, 5 en Málaga y uno en Córdoba.
En la operación ‘Rebusco’,
iniciada en la provincia de Toledo, se han detenido a seis personas -todas
ellas de nacionalidad portuguesa- por cometer presuntamente 21 robos de
aceituna en Toledo y en Cáceres.
En este caso, los detenidos
robaban las aceitunas a primera hora de la mañana y las llevaban hasta un
asentamiento ilegal, en el que viven aproximadamente 200 personas, incluidos
niños que a veces eran llevados al lugar del hurto para simular que estaban haciendo
actividades no delictivas.
La aceituna robada era puesta a
disposición del patriarca del asentamiento, que repartía el dinero obtenido
entre las diferentes familias. El fruto era trasladado a una almazara de
Fuenlabrada de los Montes (Badajoz), donde se compraba la aceituna como si
fuera de rebusco, es decir, caída al suelo, ya que ello le permitía solicitar
subvenciones específicas.