El manzanareño, director del Archivo Histórico Nacional, impartió una conferencia en el Día Internacional de los Archivos
Los archivos son repositorios de
verdad documentada y sin ellos no hay memoria. Así lo afirmó el pasado viernes,
en el Día Internacional de los Archivos, el director del Archivo Histórico
Nacional, el manzanareño Juan Ramón Romero, que impartió una charla en la que
habló de Manzanares como ejemplo del desarrollo de la “patria manchega”.
El salón de actos de Museos de
Manzanares en la ‘Casa Malpica’ se llenó de público con la conferencia titulada ‘La
Mancha, territorio de Órdenes Militares. Memoria histórica de la patria de Don
Quijote’, programada por el Ayuntamiento de Manzanares para conmemorar el
Día Internacional de los Archivos e impartida por Juan Ramón Romero.
Fue presentado por la directora de la biblioteca municipal ‘Lope de Vega’, Leticia Moya, vicepresidenta en Castilla-La Mancha de Anabad, la federación española de asociaciones de archiveros, bibliotecarios, arqueólogos, museólogos y documentalistas, de cuyo consejo federal también es adjunta a la presidencia. En esta fecha tan señalada que se conmemora desde 2008, resaltó el papel esencial de los archivos en la sociedad, tal y como recoge la Declaración Universal sobre los Archivos.
En la misma línea se manifestó el
ponente. Juan Ramón Romero Fernández-Pacheco dijo que los archivos cumplen una
función social de primer nivel. “El ser humano no puede ser libre en un estado
democrático si no tiene memoria histórica”, afirmó el director del Archivo Histórico Nacional, para quien la amnesia colectiva
es la principal herramienta de manipulación de la sociedad. “Sin archivos no
hay memoria, somos repositorios de verdad documentada”, afirmó Romero, que
resaltó la accesibilidad y transparencia de los archivos. “Cuidarlos nos hará
más libres y tendremos una democracia más sana”, añadió.
Al respecto, y como manzanareño,
Romero destacó al inicio de su intervención la recuperación del archivo
histórico municipal emprendida por el Ayuntamiento con la digitalización de más
de 200.000 documentos puestos a
disposición de la ciudadanía. “Manzanares era un desierto de memoria, pero
siempre nos quedará el Archivo Histórico Nacional”, dijo.
Por ello, a lo largo de la ponencia, tras exponer muchos documentos históricos sobre Manzanares que posee el Archivo Histórico Nacional, su director abrió la posibilidad de traer a esta ciudad “su memoria” digitalizada.
Doctor en Historia Medieval,
investigador, autor de numerosos artículos y de varios libros, entre ellos
‘Manzanares, 800 años de historia’, Juan Ramón Romero pertenece al Cuerpo de
Archiveros del Estado desde 1989 y dirige el Archivo Histórico Nacional desde
2018.
Patria manchega
Tras destacar algunos de los
documentos históricos que conserva la institución que dirige, como los tratados
de Tordesillas y de Utrecht o manuscritos de Cristóbal Colón, en su conferencia
se refirió al patrón de crecimiento de Manzanares a lo largo de ocho siglos
como “magnífico” ejemplo de la configuración histórica del territorio que
llamamos La Mancha. Apoyado en proyecciones con documentos e imágenes, Romero
explicó cómo se fraguó la “patria manchega”, que aunque no tuvo entidad
jurisdiccional hasta el siglo XVII, sí tenía entidad histórica e identidad
cultural desde antes.
Romero explicó que La Mancha se
construyó tras la reconquista cristiana de Toledo en 1086. Era un terreno
fronterizo que se fue ocupando por las órdenes militares. El territorio se
consolidó tras las batallas de Alarcos (1195) y de las Navas de Tolosa (1212).
Surgieron las encomiendas y villas con casas fuertes en torno a las que se
generaron asentamientos y concejos.
Aquella Mancha era un territorio muy fértil lleno de humedales, con muchas tablas, charcas y navas que, gracias a otro elemento de desarrollo como fueron las cañadas reales, fue una zona codiciada para el ganado y que prosperó, como demuestra la proliferación de grandes templos, con el de la Asunción de Manzanares como ejemplo más representativo. Se pasó a la economía del viento y del agua con molinos y se cultivó cereal. Así se fue construyendo el territorio manchego, en el que surgieron grandes ciudades.
Romero explicó que Manzanares
tenía 7.000 habitantes en el siglo XVII y, según se desprende de los más de mil
pleitos de la época que se conservan en el Archivo Histórico Nacional, fue un
territorio “muy vivo y de mucho trasiego”, con hasta diez hospederías.
Tras citar curiosos episodios
documentados de la historia local, algunos relacionados con la celebración de
San Roque el 16 de agosto, entonces patrón de Manzanares, el ponente llegó al
siglo XIX, en el que La Mancha se transforma con la aparición de vinateros tras
la desamortización, la llegada del ferrocarril y la creación de una clase
liberal con mucha influencia en Madrid.