Científico e investigador sobre la inflamación y el cáncer
como Profesor Visitante en Harvard Medical School, Boston y Catedrático de
Bioquímica y Biología Molecular en Wright State University School of Medicine,
Dayton, Ohio (EE.UU.).
La Resiliencia. Leemos en el
Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “Resiliencia. Del inglés,
resilence, y este derivado del latín resiliens, -entis. Capacidad de adaptación
de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación
adversos”. Tener resiliencia es mejor que la capacidad de afrontar una gran
adversidad; si Vd. tiene resiliencia es resiliente. Está bien esto, porque
ahora que ya conocemos lo que es la resiliencia, sabemos qué hacer ante la
adversidad, y antes no. (Estoy hablando en tono sarcástico, por supuesto). Mas
palabras que se han introducido en el español aunque existiese ya la
equivalente: “Aunque este partido es el underdog en las elecciones, yo apuesto
a que al final ganarán”. ("underdog" es el desfavorecido, subestimado,
el que no es el favorito, con pocas probabilidades de ganar).
Y es que, claro que, bien mirado,
la palabra en inglés tiene más “peso”, digamos que es más “efectiva” y
“señorial” que la que ya existe en español. Por ejemplo un “gym”, tiene mejores
instalaciones que un gimnasio; jogging, que es el término inglés correcto para
el ejercicio de correr para mantenerse en forma, se ha implantado como
“running” que al parecer debe ser un ejercicio mucho más sofisticado que
correr, o “footing”, que al parecer debe ser un ejercicio mucho más saludable
que marcha atlética. El proceso de “impeachment” de un presidente debe ser más
eficaz que el de su “destitución”. Tener dinero en cuentas “offshore” debe
generar mucho más interés que tenerlo en paraísos fiscales...
Importaciones “para darse pisto”.
Otras palabras se han “importado” directamente del inglés, tal cual, sin
pretender “españolizarlas” y, a menudo, integradas entre comillas o en
bastardilla en un texto normal, a veces por no existir el equivalente en
español, como hemos dicho, o a veces para denotar la sabiduría en idiomas del
escritor (o, en Román paladino, “para darse pisto”). Aquí va una serie de ellas de varios medios de
comunicación y blogs: Broker, performance, remake, black friday, skyline,
casting, photocall, start-up, coaching, management, casting, catering, summit,
fracking, freak, parking, bluff, kit, chips, best-seller, look, zapping, low
cost, coach, trainer, masterChef, mailing, trending topic, hipster.
Más ejemplos, en el contexto de una
frase, de palabras se adaptado “tal cual” del inglés: “Después de invertir
publicidad en el segmento de población de los solteros y las familias jóvenes,
el objetivo de nuestra empresa es vender nuestros productos a los millennials”.
(millenials, también llamados generaciones Y, son los nacidos entre 1980 y
2000; sigue a la Generaciones X, nacidos entre finales de los 60 y principios
de los 80). Otro ejemplo de palabras traídas “tal cual”: “Según las encuestas,
la señorita tal y tal es la WAG con más estilo en opinión del 47% de los
encuestados. O… menganita es una de las grandes bellezas del mundo de las
WAGs”. (“WAGs” son las ”Wives and girlfriends of athletes”, mujeres y novias de
atletas famosos).
Todo son moléculas químicas. Más
situaciones cómicas que a veces puede producir la traducción literal, en
referencia a la presencia de ciertos compuestos químicos llamados “ftalatos” en
la comida rápida (que pueden ser dañinos para la salud): “Estos químicos se
utilizan en la fabricación de plásticos para darles flexibilidad”….. Me parece
que es una traducción literal del Inglés “these chemicals” que en esa lengua
tiene sentido por sobrentenderse “substancias químicas”, ya que la persona que
ejerce la Química como profesión es un “Chemist“. Con lo de “estos químicos” no
sé si el escritor se referiría a Licenciados en Ciencias Químicas o a
Ingenieros Químicos pequeñitos que se agazapan en los envoltorios de la comida
para causar daño.
Por cierto, hablando de
“químicos”, existe a veces un malentendido… todo lo que somos y lo que nos
rodea son productos químicos, se obtengan en laboratorio, industrialmente o de
la tierra, el mar o el aire. Una molécula de agua (H2O) puede sintetizarse en
laboratorio u obtenerse de la naturaleza, pero no hay diferencia alguna. Lo de
que lo natural siempre es lo mejor es una falacia. Por ejemplo, antes se
vendían verduras o productos vegetales que “no tenían colesterol” implicando
que eran buenos para la salud (esto ya se prohibió, puesto que el colesterol
solo es un producto animal y nunca puede estar en uno vegetal).
El “colágeno vegetal”. Pero
vuelven otra vez a tratar de engañarnos… Ahora lo que se pone de moda es el
colágeno vegetal. No existe colágeno vegetal: es un producto orgánico animal. Y
esto ya es aparte del tema de las traducciones que nos ha ocupado en este
artículo… Sucede tanto en inglés como en español, como me figuro que en
cualquier otro idioma. Aquí lo que hay que resaltar es lo “listos” que son
algunos con tal de vender… así que, estemos al tanto: no hay tal colágeno vegetal;
y las hortalizas y verduras son saludables no porque “no tienen colesterol” (el
colesterol es una sustancia producida en el metabolismo animal, no en el
vegetal) sino porque los son, sin más.
Mientras nos entendamos, vamos
bien…. Aparte de la fonética, la tendencia es también la de escribir palabras
extranjeras como nos sonarían en español; así tenemos palabras que no existían
hace siquiera 10 años: exitoso, receso, hilarante, debacle, baipás, empoderado,
paradigma, procrastinar, bloguero, tuitear, evento, en línea, esprintar,
celebridad.
En 2014 la Real Academia Española
(RAE) de la Lengua introdujo en la 23ª edición de su diccionario (DRAE), muchos
“americanismos” que en algunos casos eran necesarios pero en una gran mayoría
bastaba con los términos que ya existía en español. No le faltaron las críticas
a la Academia por ello, en el sentido de que si ya existe una palabra en
español para nombrar algo, transplantar la inglesa (americana) es a veces un
poco de pedantería; pero si no existe (por ejemplo en los casos de las nuevas
tecnologías), bienvenida sea la extranjera, ¡con su pronunciación adecuada al
nuevo entorno, por supuesto! Por ejemplo: la conexión “Wifi”, en inglés
pronunciada “guáifái”, en español es “güifi” y todos nos entendemos. En estos casos,
no vamos mal.