Pedro María Castellanos |
Casi todos los científicos
coinciden en afirmar que el cuerpo humano es una de las más perfectas obras de
ingeniería que podemos encontrar en la Naturaleza, siendo el cerebro su máxima
expresión. Una de las virtudes que hacen que este órgano sea tan admirado, es
su capacidad plástica, esa capacidad que tiene para adaptarse a nuevos
requerimientos ambientales y que nos hace aprender.
Esta plasticidad es que lo yo
echo de menos en la forma de entender la política que tienen algunos concejales
manzanareños. Se niegan a entender que las últimas elecciones locales han
provocado que por primera vez en la historia de nuestra localidad tengamos
cinco grupos municipales con sus cinco portavoces y que por tanto la
configuración del salón de plenos del Ayuntamiento de Manzanares ha de
adaptarse a esta nueva situación.
UPyD en Manzanares ha pedido
varias veces a la Portavoz del Equipo de Gobierno, que modifique el dibujo del
Salón de Plenos, para que en las sesiones plenarias los portavoces de todos los
grupos ocupen las primeras filas de forma que puedan mirarse a los ojos cuando
están hablando y para que los ciudadanos puedan mirar a los ojos a sus
representantes cuando éstos toman la palabra. La última vez que UPyD en
Manzanares pidió esta nueva reordenación de asientos, fue en un ruego junto con
los portavoces de ACM e IU.
El Diputado Provincial por Ciudad
Real y además Presidente del Consorcio para el Servicio Contra Incendios y
Salvamento de la Provincia de Ciudad Real así como también Vocal de la Junta
Rectora del Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera y Alrededores, ejerciendo
esta vez como Alcalde de Manzanares, vino a desestimar el ruego, alegando que
los concejales de los grupos políticos no deben sentarse separados. Este
alegato denota claramente que no se leyó el ruego, ya que la propuesta del ACM,
IU y UPyD no contemplaba la opción de separar concejales del mismo color
político, y por lo tanto la iniciativa entra dentro de la ley.
Otro de los alegatos del
“triocupado” Alcalde fue que en la sesión plenaria extraordinaria del 1 de
Agosto, uno de los concejales del Partido Popular, que habitualmente ocupa la
segunda fila en los plenos, actuó como portavoz de su grupo sin mayor problema.
Olvida que ese día, el que fuera Concejal de Obras del anterior gobierno, ocupó
un asiento en la primera fila de su bancada y que nadie objetó nada. Nadie se
quejó porque era lógico que se sentara delante si iba a ejercer la portavocía
de su grupo. Tan lógico pareció aquello como ilógico que desestimara el ruego
que proponía que todos los grupos (y no solo PP y PSOE) pudieran tener a su
portavoz en la primera fila de las bancadas.
¿Tres de los cinco grupos
municipales presentan un ruego conjunto con una propuesta legal, lógica y de
respeto a los ciudadanos y el PSOE no lo atiende? Y lo peor de todo, es que me
consta que el Partido Popular tampoco está por la labor de apoyar la
reubicación de los portavoces. ¿Alguien encuentra algún sentido a desestimar
una propuesta coherente, legal, lógica y de sentido común?
Ni PP ni PSOE ganan nada negando
la reubicación de portavoces, pero por el contrario la pérdida es mucha para el
manzanareño. Entre otras cosas porque el ciudadano pierde la confianza en sus
políticos al ver que una inocente y legal petición de cambio de sitio se niega
sólo porque esta idea no se les ha ocurrido a ellos, sino que surge de un
concejal honesto y diferente que huye de los tentáculos vieja política.
Empecé este artículo hablando de
la capacidad del cerebro para hacer frente a nuevas situaciones, de su capacidad
de aprender, porque muchos ciudadanos echamos de menos esa política plástica
que se adapte a los nuevos tiempos.
Pedro María Castellanos
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