POLÍTICAS DE MICROONDAS
Las políticas de empleo aplicadas
por el gobierno local, y por las que tanto se enorgullece, no están dando sus
frutos. No hay más que ver las cifras de paro del mes de octubre, que arrojan
un incremento apreciable del desempleo en nuestra localidad.
No cabe duda que los planes
extraordinarios de empleo que desde la Junta de Comunidades se están llevando a
cabo, han sido bien aprovechadas por este gobierno, pero tampoco deja lugar a
la duda que éstas políticas son solo parches en la descosida colcha del empleo
manzanareño.
Las políticas de empleo que
alimentan el ego de nuestros gobernantes y que ahora nos ocupan, ayudan a sacar
a personas del paro, pero no sirven para sacarlas del desempleo. No sirven,
porque el porcentaje de personas que encuentran un empleo fijo gracias a éstas
políticas, es cero.
Políticas que no ayudan a la
incorporación al mercado laboral de una forma permanente, son políticas que
crean nichos rotatorios de personas cuyo futuro a corto plazo (los contratos
son a lo sumo de 6 meses) es irrevocablemente volver a engrosar la cola para
sellar la cartilla del paro.
Por otro lado, existe una brutal
desconexión entre las necesidades reales de personal cualificado de las
empresas de nuestra localidad y nuestra comarca, y la intención de aplicar
políticas de educación, reinserción laboral y reciclaje profesional de nuestro
equipo de gobierno. Pareciera que, o bien interesa tener un conjunto mínimo de
personas a las que ofrecer un contrato semestral de forma encadenada de aquí a
las próximas elecciones; o bien que este equipo de gobierno está falto de
imaginación e ideas que ayuden a paliar de forma permanente el paro en nuestra
localidad.
Dicho lo anterior, cabe concluir,
que las políticas de empleo que han venido y vienen practicando los distintos
gobiernos que han pasado por nuestra localidad, desde aquel gobierno del señor
Pozas, pasando por el del Partido Popular, hasta este gobierno de alianza
monetaria de los señores Nieva y Ramírez, son políticas de microondas, porque
calientan, sí, pero no cocinan.
Pedro María Castellanos
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