Si hay algo de lo que podemos
presumir en Manzanares, es de tener mucho vino y muchas palomas. El potencial
de nuestros caldos es obvio, a tenor de las numerosas medallas de calidad que
reciben. El potencial de nuestras
palomas es igual de obvio, a juzgar por la cantidad de “medallas” que dejan en
nuestras aceras, balcones y terrazas. Con la diferencia de que, mientras las
primeras medallas dan prestigio a nuestra localidad, las segundas nos
avergüenzan y, además, son tóxicas.
Hace dos años, en los albores de
la actual legislatura, un recién llegado concejal llamado Jerónimo Romero
Nieva, de un partido con una forma de entender la política nada usual, lanzó
una pregunta en un Pleno Municipal que a muchos dejó descolocados. Este
concejal, Portavoz del Grupo Municipal de UPYD, puso sobre la mesa un problema
ya grave por aquel entonces y del que muchos vecinos ya se quejaban. Este
problema no era otro que la exagerada cantidad de palomas que residían en
nuestra localidad. Aquello descolocó a los partidos tradicionales, hasta el
punto de que entre ellos murmuraban mofas hacia la pregunta del concejal
magenta. Algo lógico si te paras a pensar que poco o nada estaban acostumbrados
hasta entonces, a que un concejal planteara los problemas cotidianos de los
manzanareños en un Pleno Municipal. El equipo de gobierno, que sufrimos todos y
que responde “dónde” cuando le preguntas por “cuántos”, hizo lo que siempre
hace cuando se ven sobrepasados, atacar al anterior gobierno. Y a la pregunta
del concejal de UPYD sobre el tema de las palomas, que recordemos fue el
primero en plantear este problema en un Pleno Municipal, en lugar de responder
con soluciones a dicho problema, respondieron abriendo un expediente al
anterior Alcalde por unas facturas, que si bien pusieron de manifiesto la mala
gestión que hizo el Partido Popular sobre el tema de las palomas, también puso
en evidencia la falta de ideas y de reacción del Partido Socialista, ante la
plaga que estaba sufriendo Manzanares y que a día de hoy seguimos padeciendo.
Cuando el sabio señala la luna,
los necios miran el dedo. Y aquellos que en su día tuvieron la oportunidad de
acabar con el problema de las palomas al que señalaba Jerónimo Romero Nieva,
vieron en el dedo del concejal de UPYD la oportunidad de atacar políticamente
al adversario, en lugar de mirar más allá y ponerse a trabajar para solucionar
un problema serio de salubridad y calidad de vida que nos afecta a todos.
Pedro María Castellanos |
Tal vez se pregunten por qué he
titulado el artículo así, “12 palomas” cuando en realidad la población de
palomas es mucho mayor. La respuesta es sencilla. En el siglo XIX un excedente
de uvas fue origen de la tradición de comerse 12 uvas para celebrar la entrada
del año nuevo. Solo espero y deseo, que el excedente de palomas que sufrimos,
no acabe instaurando una nueva tradición y nos veamos todos dentro de unos
años, comiéndonos 12 palomas el día de nochevieja.
Pedro María Castellanos
No hay comentarios:
Publicar un comentario