martes, 11 de julio de 2017

El terror vino del agua. Una historia de Pedro María Castellanos



Les voy a contar un cuento. Había una vez un reino, en el que abundaban el vino y las palomas. Un reino en el que sus buenas gentes vivían su día a día en paz y armonía. La vida parecía marchar bien. Un nuevo Rey había sido elegido sustituyendo al anterior, sus gentes se afanaban en llevar a cabo sus quehaceres diarios de la mejor forma que podían y la vida transcurría tranquila. Todo apuntaba a que sería un año más.


Sin embargo, aquel año no fue un año cualquiera. Al final del verano, una bruja apareció de la nada, sesgó la vida a algunos de sus habitantes y causó lesiones en más de un centenar, sembrando el caos y el desconcierto por todas partes. Nadie parecía saber qué estaba pasando y mucho menos el nuevo Rey. Aquella bruja se llamaba “Legionella”. Nadie la vio acercarse y nadie la vio alejarse. El tiempo pasó y aquella visita inesperada de aquella bruja malvada fue poco a poco olvidándose. 


Pero este cuento no es un cuento más, este cuento ocurrió de verdad y como suele ocurrir, el final no fue tan idílico. Porque la mayoría de los habitantes de ese reino se resisten a olvidar lo que pasó. Muchos de sus habitantes se preguntan por qué aún se desconocen los focos desde los cuales la bruja propagó su peste y por qué no hay un reconocimiento oficial y público de todos aquellos que dieron su vida y de quienes pusieron su salud en riesgo. Por qué no se vio venir a aquella bruja y por qué aún no han aparecido los informes que prueban que el nuevo Rey y el anterior, llevaron a cabo todas las medidas preventivas que marca la ley para evitar que aquella bruja se enojara y visitara aquel reino. Todos tenemos la idea de que el terror viene del fanatismo, de las bombas y de las balas, pero aquel año el terror vino del agua.


Aquellos pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla. Por eso es tan importante dar respuesta a todos estos interrogantes. Hay que seguir manteniendo en la memoria la visita de aquella bruja.
Porque, aunque yo haya querido tratar la historia como un cuento, la Legionella visitó Manzanares y las víctimas fueron reales. Es importante que nos expliquen qué pasó porque no queremos que se vuelva a repetir la historia, no queremos que vuelva a pasar. 


Todos conocemos a alguien que fue alcanzado por esta peste. Desde aquí mi recuerdo y reconocimiento a todas y cada una de ellas, a las que por desgracia perdieron la vida, y las que arrastraron secuelas durante meses, en especial a mi madre que también se vio afectada.

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