Miguel Ramírez. IU. |
Apenas quedan unas horas para las Elecciones Europeas del 25
de mayo, una cita electoral que desde IU-La Izquierda Plural nos hemos tomado
como el primer paso necesario de un cambio político imparable, en Europa y en
España.
La crisis financiera mundial, ha servido para destapar las
fallas de un modelo de construcción europea que arrastraba serios problemas; un
Banco Central Europeo que no funciona como Tesoro Público y por tanto no presta
dinero de forma directa a los Estados, sino que lo hace a través de la Banca
Privada y especuladores financieros, generando burbujas financieras y de deuda
pública, especialmente tras la transformación de la deuda privada de la Banca,
en deuda de los Estados.
El déficit democrático acumulado en estos años, han
provocado una distorsión política brutal, en la que Gobiernos democráticos de
países del primer mundo, eran sustituidos por un ejército de funcionarios al
servicio de los poderes financieros: Grecia, Italia o Portugal, son claros
ejemplos.
Alguien dijo que la Democracia era un obstáculo a las
reformas necesarias, ya que ningún Gobierno aguantaría la presión ciudadana por
unos enormes sacrificios, cuya efectividad era más que dudosa. Todos salvo el
caso de España, en que el rescate financiero ha sido debidamente camuflado a la
opinión pública, pero cuyo manual ha seguido a rajatabla, léase; reformas
laborales, recortes en pensiones, subidas de impuestos directos e indirectos
para la mayoría social, recortes en servicios públicos esenciales, blindaje de
los corruptos y de la deuda odiosa o ilegitima con la reforma constitucional de
Zapatero y Rajoy.
Lo ocurrido en los últimos años en los países del Sur de
Europa, ha sido la mayor transferencia de las rentas del trabajo a las rentas
del capital de la Historia reciente. El avance del empobrecimiento ha corrido
en paralelo a la mayor generación de beneficios de transnacionales y
corporaciones financieras, multiplicándose simultáneamente el número de ricos y
de pobres, es lo que algunos han llamado la desaparición de las clases medias.
Este proceso de involución social y democrática no ha sido
fruto de la casualidad, sino que ha sido el resultado consciente de un consenso
entre los dos grandes bloques políticos que han dirigido las políticas
europeas, conservadoras y socialdemócratas, que han encontrado en ésta
componenda la oportunidad de eternizarse en el poder y en la élite política
nacional y europea.
Esta encerrona bipartidista ha ido generando todo tipo de
frustraciones y desencantos, el desapego a las instituciones europeas es más
que evidente, y el auge de “escépticos” a derecha e izquierda es otro síntoma
del agotamiento del modelo.
IU y la Izquierda Unitaria Europea han sido el único
referente político que ha combatido desde el seno de la UE, ésta falsa
construcción europea, en la que las personas han dejado de ser sujetos de
derechos y de obligaciones, para ser súbditos o en el mejor de los casos,
clientes cautivos de un modelo económico preñado de corrupción y oligopolios.
La debilidad política de Europa como agente internacional,
se demostró en su incapacidad para solucionar problemas internos; las guerras
de Yugoslavia, conflictos nacionales en el seno de la UE, o el reciente
bochornoso apoyo al golpe de Estado fascista en Ucrania.
El grado de servilismo a los USA es tal, que ni siquiera la
confesión del espionaje de la NSA americana a todos los mandatarios europeos,
Merkel incluida, será obstáculo para la firma del Tratado de Libre Comercio con
los EEUU, que supondrá la ruina de los pequeños y medianos agricultores
europeos y españoles.
Por eso, y ante la incapacidad de la actual arquitectura
europea para ofrecer soluciones a los ciudadanos, se hace más necesario que
nunca, iniciar un Proceso Constituyente Europeo, profundamente democrático y al
servicio del bien común.
La modificación del papel del BCE para convertirlo en una
Reserva Federal, la desaparición de la Troika, el control democrático y
ciudadano sobre las Instituciones que marcan la política económica y fiscal
europea, la sustitución de los mal llamados Tratados de Estabilidad y
Crecimiento por otros de Cohesión y vertebración social europea, el entierro
del austericidio y la corrección de sus efectos más dañinos, la presencia del
sector público en todos los sectores estratégicos de la economía, la
eliminación de los paraísos fiscales de la propia UE, y una auditoría ética de
la deuda pública, son pasos imprescindibles para salir de este desastre
humanitario europeo.
Para ello se necesita un proceso de empoderamiento
ciudadano, que los pueblos recuperen el control de sus destinos, que sean
conscientes de su potencialidad política transformadora. Los anuncios de
grandes coaliciones, pretenden anular y desanimar éste proceso de cambio
político, pero éste ya se ha iniciado, en Grecia SIRYZA ya ha sido la
triunfadora de la primera vuelta de las elecciones locales, y certificará su
posición el 25 de mayo.
En España hemos tenido el periodo más largo de
movilizaciones ; 3 Huelgas Generales, 15-M, 22-M, 29-S, miles de
manifestaciones en defensa de la sanidad pública, la
educación, los servicios
sociales, la Ley de Dependencia, contra las privatizaciones del agua, contra
los desahucios, contra la estafa financiera de preferentes, la corrupción
política, de la luz, Gamonal, etc…, un proceso de fortalecimiento del tejido
asociativo y ciudadano que ha superado a los movimientos tradicionales, y que
debe desembocar en una alternativa política, si no quiere desaprovechar tanto
esfuerzo e ilusión depositada.
En todas estas movilizaciones ha estado IU y sus militantes,
por eso no nos cuesta trabajo reconocernos en las grandes demandas ciudadanas,
y por eso podemos pedir ese voto de rebeldía, de transformación democrática,
porque el poder es de la gente, y la gente quiere y necesita otra Europa.
El 25 de mayo llenemos las urnas del voto de la esperanza
real, de la rebeldía y dignidad de los pueblos, voten por IU: LA IZQUIERDA
PLURAL.
Fdo. Miguel Ramírez Muñoz
Coordinador Provincial de IU Ciudad Real
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