Francisco Agarrabeitia Ramírez |
Analizando los
resultados de las elecciones del domingo parece evidente que en tres meses
habrá nueva convocatoria electoral, salvo sorpresa o pacto “alemán”.
Los 350 diputados se
pueden agrupar o dividir en dos grandes bloques, uno a la izquierda y otro a la
derecha, en este caso tenemos un grupo de 178 a la derecha, que serían:
-
PP,
123
-
Ciudadanos,
40
-
DL
(CiU), 8
-
PNV,
6
-
CC,
1
Y otro bloque de 172 a la izquierda:
-
PSOE,
90
-
Podemos,
69 (sumando los diputados de Podemos y los de las confluencias en las que
participa Podemos junto a otros partidos)
-
UP-IU,
2
-
ERC,
9
-
Bildu,
2
Esto significa que
sólo podría superar una votación de investidura un candidato del bloque de la
derecha, es decir, del PP, porque cualquier candidato del bloque de la
izquierda recibirá siempre 178 votos en contra, lo que imposibilita una
investidura. Además de las dificultades programáticas o de planteamientos
independentistas que esto conlleva, porque no resulta factible un acuerdo de
toda la izquierda en la que pueda incluirse a partidos como ERC y sobre todo Bildu. Resulta prácticamente
imposible imaginar un bloque unido de izquierdas con más de 161 diputados
(PSOE, Podemos y UP-IU), cantidad totalmente insuficiente para superar una
investidura, pues entre PP y Ciudadanos ya suman 163. Y también resulta muy
difícil imaginar un apoyo a ese grupo de 161 de algún partido independentista
de derechas, como son PNV o DL (el antiguo CiU), sobre todo teniendo en cuenta
lo manifestado por responsables del PSOE.
Por lo tanto, sólo un
bloque de partidos de derechas podría sumar un número suficiente de diputados
como para superar el proceso de investidura, entre PP, Ciudadanos y Coalición
Canaria ya suman un total de 164 diputados, cantidad insuficiente pues los
cinco partidos situados a la izquierda ya han declarado que en ese caso votarán
en contra, y entre ellos suman un total de 172 diputados. Esto significa que la
única posibilidad que tiene un bloque de derechas de superar esos 172 votos en
contra pasa por el hecho de que votase a favor DL, el partido de Artur Mas,
porque con el PNV sólo sumarían 170 votos, necesitarían en todo caso el voto
favorable de DL para igualar esos 172 del bloque de partidos situados a su
izquierda. Si tenemos en cuenta la situación política de Cataluña, donde el
partido de Artur Mas ha iniciado un proceso independentista, resulta evidente
que en ningún caso DL apoyaría a un presidente del PP.
En los próximos meses
iremos viendo cómo se materializa esta situación política, con un reparto del
Congreso de los Diputados realmente endiablado, y cuya única posibilidad de
evitar un bloque en el nombramiento de cualquier presidente pasa en todo caso
por alcanzar un acuerdo entre el PP y el PSOE con el que garantizar la abstención
del PSOE en la votación de investidura, un acuerdo “a la alemana”, algo que es
totalmente descartable pues en ese caso PSOE cedería a Podemos ocupar el lugar
que corresponde a la oposición.
Por todo esto, resulta
claro que con esta distribución del Congreso de los Diputados va a resultar
imposible el nombramiento de un Presidente del Gobierno, estando abocados a un
nuevo proceso electoral, en el que ya los partidos políticos se están empezando
a situar.
Fdo: Francisco Agarrabeitia Ramírez.
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