Vuelvo a Manzanares
Más de tres meses fuera de mi casa, fuera de mí entorno, fuera
de mi actividad o afición, ha sido mucho y he aprendido a apreciar la vida.
Quiero agradecer públicamente a mis padres que a sus 83 años lo han dado todo y
algo más porque no estuviera solo y me han dado un amor difícil de describir.
Quiero romper una lanza en favor de mis amigos, muchos han ido a visitarme y
los que no han ido me han llamado.
No podré olvidar jamás al grupo de profesionales de la
Residencia Campo de Calatrava y de forma especial al grupo de auxiliares que me
dieron todo a cambio de nada. Mención especial merecen Vicente López Callejas,
Toñi García Moreno, me han demostrado una amistad y un afecto superiores a si
hubieran sido mis hermanos mayores. Manolo el Cristiano ha sido otra persona
que ha estado a mi lado y me ha demostrado un afecto difícil de describir.
José Antonio Marques, Miguel Ángel Cano, Julián Alcolea,
Antonio Nuñez, Sebas González Elipe, José Lozano, Ignacio Casado, Miguel Nuñez,
Miguel Ángel Sánchez, Eugenio Mazuecos, Ana, Miguel Márquez, María Ávila, Juan
Jo, José Camacho Moreno, Jesús el Jaro, Sebas Ruiz Constantino y compañeros del
ayuntamiento han sido amigos de verdad, han estado a mi lado, me han animado
cuando me venía abajo y de verdad han sido amigos del alma y les agradezco
mucho su afecto y su amistad. Muchas llamadas telefónicas, muchas personas se
han acordado de mí a través de mis padres. De verdad ha sido genial el saber
que hay mucha gente que me quiere y me aprecia. Ramón Peco y Maribel también se
acordaron de mí y demostraron ser grandes amigos y enormes personas.
Antonio Caba ha sido es y será una persona especial en mi
vida, me ha dado tanto como amigo y casi como un segundo padre, también estuvo
a mi lado y fue a Almagro a darme ánimos. Gracias a los muchos compañeros de
medios de comunicación, entrenadores como Torreca y Juanito Arsenal y en fin
quiero pedir perdón por si olvido a alguien. El doctor Puga, médico del
hospital de Manzanares, me ha demostrado afecto y amistad, no puedo olvidar sus
llamadas y su ánimo. Cayetano y Gerardo compañeros de la Revista Siembra, por
cierto si queda un huequecito me gustaría seguir colaborando siempre que ellos
me necesiten.
Eugenio Jesús Jiménez, un amigo del alma, es alguien al que
quiero pedir perdón, desde estas líneas después de dos años sin hablarnos le
pido perdón y le deseo lo mejor me vuelva a hablar o no.
Pablo Camacho Fernández Medina, gracias por preguntar por mí,
como amigo y compañero, me tienes a tu disposición al igual que el resto de
compañeros de la agrupación.
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