Adiós a un amigo
Me ha costado demasiado, escribir estas líneas, todavía no
asimilo la perdida de mi buen amigo Manolo Torres Huertas. Se marchó un amigo,
un caballero, un gran padre y ante todo un amante del deporte de su ciudad. Más
vale tarde que nunca, Manolo sé que nos estas mirando desde el cielo, único
sitio donde puedes estar, tu bondad, tu humildad, tu saber estar, su caballerosidad
su saber perdonar, son algunas de tus muchas virtudes, estoy seguro que donde
estas te han puesto al lado de los
muy buenos, porque tú en tu vida fuiste y
seguro que seguirás con un corazón que no te cabía y siempre sabias echarle
tierra a todo como diría y dice nuestro común amigo Antonio Caba.
Sé que es difícil consolar a toda tu familia, a la que
quiero pedir perdón, por un tema que vosotros y yo sabemos y en especial ese
perdón va dirigido a tu esposa Rafa y a tu hijo Chule. Consolaros es difícil,
ha sido una gran pérdida, ha dejado un vacío grande, solamente quiero deciros
que se marchó en silencio y sin hacer ruido, como siempre el hacia todo.
La tristeza y las lágrimas me inundan, solamente las ganas
de seguir hacen que continúe, porque esas lágrimas y esa tristeza son con
motivo de la pérdida de un gran amigo. No podré olvidarte, cuando te
interesabas por la salud de mis padres, cuando te interesabas por mi estancia
en Almagro, cuando veías que no podía me ayudabas cuando iba a descargar los
camiones de Campofrío. Cuando supiste defenderme en mis momentos difíciles como
informador deportivo de pueblo y además malo, no tendría espacio para contar
las veces que me demostraste amistad como si se tratara de tu hermano menor.
Rafa, Jesús, Laura, Bea, Julián y demás familia de Manolo y
de Rafa, habéis perdido un ser querido, yo he perdido un gran amigo, pero si
nos sirve de consuelo, el cielo ha ganado una persona de las más bondadosas y
buenas que yo he conocido en mi vida.
Juan Díaz-Benito
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