Juan Díaz-Benito Ruíz-Aragón |
El último caso sonado fue el de un chico de 16 años de León
que fue agredido en un partido de pre benjamines (7 y 8 años) ¿Qué educación recibirán esos niños
cuando son sus familiares los primeros que insultan y agreden a los colegiados?
Niños que en cuanto tengan oportunidad pondrán en práctica aquello que han
aprendido y actuaran de igual manera.
En la temporada pasada fueron 50 los casos que se recogieron
aproximadamente de violencia en árbitros no profesionales. Pero eso no es todo.
La mayoría de los árbitros han sufrido alguna vez intentos de agresión, y todos
ellos reciben cada partido insultos de aficionados, jugadores, entrenadores y
todos aquellos que forman parte de este magnífico deporte, deporte que sin un
árbitro no tendría sentido.
¿Por qué no nos concienciamos que son personas con una
profesión? ¿Qué pretendemos con unos insultos?
¿Acaso así cambiará el resultado del partido? Si no insultamos a un delantero cuando falla
un gol, a un defensa cuando ha cometido un fallo dejando al rival paso libre a
portería, o a un centrocampista cuando ha perdido el balón en medio campo, y
porque no a un portero cuando ha tenido una cantada que ha terminado en gol,
¿Por qué debemos atrincherar a un árbitro cuando no pita un penalti o una falta
dudosa? El árbitro tiene que estar
pendiente de mil cosas dentro del campo y una jugada se realiza en cuestión de
segundos, a veces las cosas cambian dependiendo de la perspectiva en la que se
ha visto. En un partido son dos ojos los que juzgan una acción dentro del
campo, contra miles de ojos la que la juzgan fuera de él, no siempre aciertan
pero no porque no quieran sino porque no lo han visto a cámara lenta o no lo
han visto desde la mejor posición.
Al igual que a un delantero se le da otra oportunidad si
falla un gol, también se le debería dar a un árbitro si no pitó una falta.
Deberíamos darnos cuenta que el futbol no se trata de un
deporte de violencia, y que por ello no tendríamos que descargar nuestra ira en
él, y por desgracia el “enemigo” de todos siempre va a ser el árbitro y será el
que siempre se lleve los peores golpes. En todo partido uno de los dos equipos
siempre va a estar descontento con el árbitro, y casualidad, que siempre es el
que pierde. Si nos acordamos de ellos cada vez que nos han quitado erróneamente
algo, también deberíamos hacerlo cuando de la misma forma erróneamente nos lo
han dado. Pero sencillamente es más fácil atacarle que alagarle.
Los árbitros a lo largo de la temporada pasan por numerosas
pruebas físicas y exámenes teóricos, por lo tanto hay que destacar que esas
personas a las que se las suele tachar que no saben hacer su trabajo, están más
que preparados para ello. Pueden actuar mejor o peor, pueden cometer fallos, sí
pero no será porque no estén capacitados.
Son cientos los comentarios hacia esta figura los que he
escuchado, por ejemplo “demasiado poco se los hace para lo que se merecen”,
“deberían extinguirse todos”, “vergüenza les tendría que dar ser tan
sinvergüenzas” entre otras muchas cosas, ahora bien detrás de ellos hay
bellísimas personas, grandes amigos, parejas, padres, primos, hermanos, etc.
Pero ante todo personas, las cuales se merecen un respeto.
Tendríamos que realizar un juego de roles en el que cada uno
de aquellos que son tan “valientes” de agredir o amenazar de muerte a un árbitro, realicen tan solo un día su
función dentro del campo, que aprecien que su trabajo no es nada sencillo que
no es fácil aguantar insultos y gente juzgando tu trabajo cuando estas tratando
de realizarlo de manera correcta. Y a todos aquellos que dicen lo típico de
“cuando se metieron a ello sabían lo que había, es lo que les toca” les hago
este razonamiento: ¿y si ellos aun sabiendo que les esperaba eso no se hubiesen
arriesgado? ¿Qué sería de un futbol sin árbitros? ¿Quién sería el que tomase
las decisiones fundamentales necesarias para el funcionamiento del partido?
Considero más valiente a ese arbitro que va a cada partido a esperas de: ¿qué
pasará hoy?; a aquellos que no les importa insultar o agredir, por lo tanto
para todos esos colegiados pido RESPETO ya que son deportistas y personas como
todos los demás, que forman parte del fútbol
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