De nuevo aquí nos tienes
Jerónimo Romero-Nieva Lozano |
Y nuevamente surge la duda: ¿voto, no voto, a quién voto?
Han pasado cuatro años. Tan veloces que ni cuenta nos hemos dado. Bueno, no
tanta cuenta, como los parados o los enfermos, que eso sí que los habrán
notado. Hay mucha más gente que lo nota, pero a pesar de todo, los años pasan
rápido para todo el mundo.
¿Qué criterio sigo para votar? ¿El que me dicte mi instinto,
o mi raciocinio? Y aun así, en ambos casos me puedo equivocar. ¿O me dejo
llevar por la imagen de los candidatos? Todos tienen cara de buena gente. ¿O
atiendo a los programas electorales? No todos los publican. ¿O actúo desde el
revanchismo o el voto castigo? No me parece una medida consecuente, pues por
muy mal que un partido lo haga, también tendrá aciertos y buenas intenciones,
pienso yo. Errar es humano y no hay quien se salve del yerro.
He aquí el dilema. Por fortuna, muchos de los votantes
actuales han nacido en democracia. Para ellos, nuestra guerra incivil es sólo
historia. Una historia contada con más imparcialidad que la que a nosotros nos
enseñaban en el colegio, en la que había división entre buenos y malos, cosa que
luego se ha descubierto que no era cierta. Aún existen fanáticos. Lo comprobé
el otro día en la cola del banco. Gente con reminiscencias, con colores, con
rencores. Gente que, por los siglos de los siglos votará a una determinada
coalición porque su resolución es visceral y no admite otros criterios.
Yo creo que en este siglo, se deberían salvar todas las
diferencias y votar únicamente por razones de gobierno. Las siglas de los
partidos no deberían se representativas de bandos contrarios. Y las coaliciones,
si no hay mayorías absolutas (que ojalá no) deberían darse, por ley, entre las
listas más votadas. No entiendo que si gana por el ejemplo el PP y el segundo
en votos es el
PSOE, o UPD, por poner unas siglas, se haga pacto con los menos
votados, con el único motivo de cuadrar los concejales necesarios para obtener
mayoría. Eso no me parece democrático y más bien responde a intereses de
partidos que pretenden anular al contrincante. No sé si lo explico bien o es
que no entiendo de política. Las dos cosas puede que sean ciertas, pero como
votante que siempre ha ejercido su derecho y su deber, estimo que ya es hora de
que se nos tenga en cuenta como ciudadanos y no como votos necesarios para
afianzarse en el poder.
Pero como para que eso llegue, aún nos hace falta una
madurez política de la que parecemos carecer, limitémonos a dar nuestro voto en
conciencia y esperemos que los resultados sean beneficiosos para el pueblo.
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