Joaquina Parada Romero. |
Joaquina nació en noviembre, en
una fecha muy señalada, el día de Todos los Santos. Era el primer año de la
década de los cuarenta. Tiempo de posguerra,
tiempos difíciles en los que pronto tuvo que empezar a ayudar en casa.
El hogar de sus padres estaba
situado en la calle Menéndez Pelayo, 56. Fue al colegio las Concepcionistas, de
donde conserva buenos recuerdos de sus amigas y compañeras.
Desde muy joven estuvo trabajando
en el Hotel El Cruce de Manzanares, ocupación que desarrolló durante diez años.
De su unión con Francisco Márquez
Torres nacieron tres hijas, Antonia, Pilar y Paqui. Aún así compaginó el
trabajo en el Hotel con las labores de ama de casa y madre.
A pesar de sentirse muy unida a
nuestro pueblo tuvo que marchar lejos de él en busca de horizontes más
halagüeños para trabajar y vivir. Fue Pamplona el lugar escogido por tener su
esposo una oferta de trabajo en la capital navarra. Allí de nuevo se dedicó a
la labor de hostelería, esta vez en el Parador de Olite.
En Pamplona reside desde hace
cuarenta y siete años. Allí están los recuerdos de gran parte de su vida. En
esta ciudad falleció su esposo, aunque sus restos reposan en el cementerio de
Manzanares.
Son sus hijas y sobre todo sus
nietas Naroa e Irati la alegría y la fuerza que necesita cada día. Allí en
Pamplona lo tiene casi todo, aunque siempre que puede hace una escapada a su
pueblo natal, Manzanares, donde conserva su casa y le gusta pasar, a ser posible,
la Semana Santa y la Primavera.
Julián Nieva Delgado & Joaquina Parada Romero. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario