El Premio Nacional de Fotografía, dio a conocer su último trabajo ‘Fantasías en el Prado’
Amigo del modisto manzanareño, afirmó: “Manuel Piña enriqueció mi vida”
La segunda cita del XV curso de la Escuela de Ciudadanía contó el pasado viernes con el Premio Nacional de Fotografía, Alberto García-Alix. El fotógrafo abrió la sesión con una conferencia en la que dio a conocer sus ‘Fantasías en el Prado’, un proyecto en el que reinterpreta algunas de las obras de la pinacoteca madrileña. Además, conversó con el presidente y el director de la escuela, con los que trazó un recorrido por su trayectoria profesional, donde Manuel Piña tuvo un papel importante en su trabajo.
En pantalla grande y ante un concurrido salón de actos de la Casa de Cultura de Manzanares, el fotógrafo Alberto García-Alix, proyectó algunas de las sorprendentes fotografías que realizó en el Museo del Prado entre 2018 y 2021. Titulado Fantasías en el Prado, este trabajo supone una reinterpretación personal de las obras, repintadas a través de su objetivo, creando fantasmagorías e ilusiones ópticas. Para ello, el fotógrafo se sirvió de la técnica de la múltiple exposición, con una cámara de medio formato sobre película analógica.
Un proyecto “emocionalmente intenso, exigente y comprometido”, aseguró el artista, que surgió a partir de una propuesta de la fundación ‘Amigos Museo del Prado’ que, con motivo del bicentenario de la pinacoteca, le encargó -junto a otros once profesionales- dos fotografías que representaran a su modo el museo. La fascinación que le produjo, que originariamente y desde niño le debe también a su madre, derivó en estas Fantasías en el Prado tras “una revelación” y la inspiración que las propias obras le suscitaron en una primera visita: “Sentí eso que podríamos llamar el deslumbramiento. Quedé en suspensión”, afirmó.
Sus Fantasías en el Prado, que han formado parte de una exposición exhibida este verano en el Jardín Botánico de Madrid, otorgan misterio, tensión y movimiento a la pintura, y dotan de carne y respiración a las esculturas. Así lo expuso García-Alix a lo largo de esta primera parte, en una ilustrativa conferencia en la que detalló el proceso creativo y las peculiaridades técnicas de sus obras.
“Retratar es saber encontrar
el espíritu del sujeto”
Tras esta aproximación a su
particular fusión de dos artes, el invitado tuvo ocasión de charlar con el
director y fundador de la Escuela de Ciudadanía, Román Orozco, y su presidente,
Juanjo Díaz-Portales. Preguntado por una de sus señas de identidad, como es el
retrato y el autorretrato, el fotógrafo explicó que, detrás estas obras, en
cualquiera de sus expresiones artísticas, está “la intencionalidad del artista
(…) Tanto para un pintor como para un fotógrafo, como para un escultor,
retratar es encontrar en el modelo su reflejo, su espíritu, su respiración”.
“En mi obra he
primado siempre la imaginación sobre la técnica”
En un recorrido por su vasta y prolífica trayectoria, recogida a través de imágenes -muchas inéditas- en el libro Archivo Nómada, de la editorial Cabeza de Chorlito, de la que es cofundador el fotógrafo, la conversación se detuvo en los tiempos de La Movida madrileña. Un joven García-Alix retrató entonces la cotidianidad de su vida y su entorno en un momento, como dice la nota de prensa remitida por el sello editorial, “histórico para España, de gran agitación política, social y cultural, como fue la Transición”, donde la droga cobró cierto protagonismo.
Amigo de Manuel Piña
De esta etapa, Alberto
García-Alix guarda además un especial vínculo con Manzanares, concretamente con
el diseñador Manuel Piña, a quien, afirma, le unía “una gran amistad”. En el
año 1985 viajó a la localidad natal del modisto para fotografiar a la modelo
Cristina Barrera para la colección de Piña de aquel año, una visita de la que
compartió alguna anécdota.
Fue a partir de ese trabajo cuando ambos se convirtieron en grandes amigos, que compartieron momentos personales y también profesionales. Prueba de ello son las numerosas instantáneas de García-Alix que forman parte del archivo del museo Manuel Piña, algunas de ellas expuestas, y que en la tarde del viernes tuvo oportunidad de conocer el fotógrafo. “Me ha emocionado visitar el museo (...) “Manuel Piña enriqueció mi vida”, señaló.
Un gran escritor
Otra de las facetas de
García-Alix de la que también se habló en la Escuela de Ciudadanía fue la de
escritor. Ha publicado una docena de libros de fotografía; actualmente es
cofundador de la editorial Cabeza de Chorlito, bajo la que viene publicando sus
trabajos: El paraíso de los Creyentes, 2011; Diaporamas,
2012; MOTO, 2015; y la trilogía de la revista Motorcycle
Family Circus (2016-2021). En 2021, publicó la segunda edición
ampliada de Moriremos mirando (La Fábrica), un volumen de casi
cuatrocientas páginas que contiene toda su obra escrita.
En él quedan reflejadas dos de sus grandes aficiones: las motos y los tatuajes, mundos que ha inmortalizado en numerosas ocasiones. De la primera de ellas dijo estar “enamorado de la épica” que rodea a las motos. De los tatuajes, aunque no los considera una pasión, sí una vía de expresión; y señaló que, para él, tiempo atrás tenían mucho más significado del que tienen hoy en día.
Tras este intenso recorrido por la vida y creación de Alberto García-Alix, el Premio Nacional de Fotografía respondió a las preguntas del público, interesado especialmente por su trabajo y técnica. Entre ellas, numerosas personas aficionadas o profesionales del mundo de la fotografía, estudiantes de otras localidades y admiradores de uno de los nombres más importantes de la fotografía europea contemporánea.
La Escuela de Ciudadanía, que
cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Manzanares, Diputación de Ciudad Real,
Fundación Unicaja y Cadena Ser, tendrá su próxima cita el 10 de
febrero con Asaari Bibang, Frank T y Lamine Thior, creadores del podcast No
hay negros en el Tibet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario