Casi imposible
Misión casi imposible. Es en la
que se ha embarcado el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez:
convertirse en presidente del Gobierno con el apoyo de dos nuevos partidos,
Podemos y Ciudadanos.
Román Orozco |
“Es difícil, casi imposible”, se
lamentaba Sánchez tras su encuentro con Pablo Iglesias, líder de Podemos. Aún
así, afirmaba estar más cerca que hace 100 días de pasar la investidura y
formar Gobierno.
Queda poco más de un mes para
alcanzar ese objetivo. Si no lo consigue, habrá nuevas elecciones. Porque es
difícil que Mariano Rajoy reuna los apoyos suficientes para seguir en la
Moncloa.
Algunos observadores señalan que
la reunión de dos horas entre Iglesias y Sánchez no ha servido para nada. Que
no hay ningún progreso reseñable. Se equivocan. ¿Acaso no es un progreso que
los dos dirigentes de los dos principales partidos de la izquierda española se
traten con respeto, que conversen y afirmen que seguirán haciéndolo en un intento
de dotar a este país de un Gobierno de izquierdas? Recuerden la agresividad de
Iglesias hacia Sánchez mostrada en el frustrado debate de investidura.
¿No es un progreso la renuncia de
Iglesias a ser vicepresidente de ese futuro Gobierno de coalición, si eso es lo
que quieren algunos dirigentes socialistas, que ven con recelo al líder de
Podemos? Indudablemente, ha habido un progreso en la negociación. Insuficiente,
sí, por ahora, pero lo hay.
Iglesias y Sánchez deberían
recordar que se apoyan mutuamente en cinco comunidades autónomas: Castilla-La
Mancha, Valencia, Aragón, Extremadura, Asturias y en varias capitales como
Madrid o Cádiz. Si García Page, Ximo Puig, Javier Lambán, Fernández Vara o
Javier Fernández pactaron con Podemos, ¿por qué no puede hacerlo Sánchez?
Por encima de las diferencias,
hay coincidencias: en la regeneración política, en la lucha contra la
corrupción, en las políticas sociales, en combatir la creciente desigualdad, en
recuperar los derechos laborales… Temas en los que también coincide Ciudadanos.
Y hay otra coincidencia
fundamental: impedir que el PP de Mariano Rajoy siga gobernando otros cuatro
años. Cuatro años que hundirían aún más a los más desfavorecidos.
Es una tarea difícil, cierto. Pero no debería ser imposible.
Román Orozco
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