jueves, 27 de abril de 2017

La Marcha por la Madre Tierra y por la Ciencia: El futuro depende de los avances de hoy (si hay financiación, claro está).



Artículo de opinión de Julián Gómez-Cambronero;  Científico, Wright State University, Ohio (EEUU)


Julián Gómez-Cambronero
No hay “planeta b”.

Las Naciones Unidas destacaron que el Día Internacional de la Madre Tierra o “Día de la Tierra” de este año era para “recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento”. En prácticamente todo el mundo se celebraron actos el 22 de abril y Google le rindió un homenaje con uno de sus famosos “doodles”. El origen de esta conmemoración comienza en 1970, promovido por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson en Estados Unidos. En ese año se inició un movimiento medioambiental en el que salieron a la calle cerca de 20 millones de personas en diferentes ciudades para luchar por un entorno más saludable, demostrando su preocupación sobre el deterioro que estaba ocurriendo con la tierra, ríos, lagos y el aire.



Nuestro hogar compartido.

Tras esta manifestación se logró concienciar a los políticos sobre la importancia de la naturaleza y el cuidado del medio ambiente, y se creó la Agencia de Protección al Medio Ambiente. Esta asociación redacta las leyes para intentar conseguir que el aire sea más limpio, el agua potable y que se haga todo lo posible por conservar especies en peligro de extinción. Las Naciones Unidas decidieron designar el 22 de abril como el “Día Internacional de la Madre Tierra” al reconocer que nuestro planeta y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad, y de todas las especies animales y vegetales que nos acompañan. Si queremos conseguir un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, pensaron, era necesario promover la armonía con la naturaleza. 


Lo que empezó con la contaminación del aire y del agua y los agujeros en la capa de ozono, hay que sumar más problemas, como el blanqueo de los arrecifes de coral, la sobrepoblación y la pérdida continuada de especies animales y vegetales… Plantar un árbol, reciclar, enseñar a los niños a cuidar del medio ambiente, usar más la bicicleta o senderismo, son cosas que se hacen el 22 de abril…. Pero el movimiento del Día de la Tierra aspira a que no sea solo un solo día, sino un compromiso a largo plazo así como plantar un árbol requiere un cuidado durante muchos años.


Pero este año, una nueva iniciativa.

De mayor interés este año 2017 en particular, es La Marcha por la Ciencia, que por primera vez se organizó e hizo coincidir el pasado sábado 22 de Abril con el 47 Día Mundial de la Tierra. Se inició en EEUU, donde el ambiente político actual no parece estar muy en sintonía con la ciencia y los recortes presupuestarios que se avecinan van a ser draconianos. 


Pero, como sucediera en 1970 con el movimiento inicial sobre la Madre Tierra, esta marcha se ha extendido más allá de las fronteras de EEUU. Científicos de todo el mundo han recorrido las calles de más de 500 ciudades en la "Marcha por la Ciencia". En España, se ha convocado de forma independiente en distintas ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla y muchas otras, tras conocerse un nuevo recorte en subvenciones para I+D en los Presupuestos Generales del Estado para 2017.  En Madrid por ejemplo, varios miles de científicos, respaldados por hasta 200 instituciones científicas de toda España, han marchado desde la calle de Alcalá hasta la sede del Ministerio de Hacienda para pedir un aumento en la inversión para investigación y ciencia. «Sin investigación no hay futuro» era el lema en una pancarta azul de la marcha (como se ha visto en otras ciudades Europeas), encabezada entre otros, por el exdirector de la Unesco y doctor en Farmacia Federico Mayor Zaragoza.


La noticia apareció en todos los periódicos, curiosamente el mismo día que se presentó también la noticia de que un nuevo fármaco que aumenta mucho las esperanzas de vida en el cáncer de pulmón e hígado.


¿Por qué la ciencia es necesaria?

“Los descubrimientos científicos y la innovación son una parte crítica de nuestra nación y nuestro futuro: la ciencia prolonga nuestras vidas, protege nuestro planeta, pone comida en nuestras mesas, contribuye a la economía y nos permite comunicarnos y colaborar con personas de todo el mundo”, ha declarado Caroline Weinberg, colíder del movimiento por la ciencia en EE.UU. Nos parece un corolario pensar que si los avances científicos disminuyen, los beneficios tecnológicos y médicos se deterioran y, a la postre repercute en la sociedad y la calidad de vida.


En el número del 7 de Abril, Jeremy Berg, Editor Jefe de la prestigiosa revista internacional Science, resaltaba algunos de los avances de la biología y la medicina modernas. La teoría de los microbios transformó el entendimiento de las enfermedades infecciosas y, en última instancia, su tratamiento y prevención. El descubrimiento de antibióticos y las vacunas fueron herramientas cruciales para el tratamiento de infecciones (esto sin mencionar siquiera los avances en medicinas contra el cáncer y accidentes cardio y cerebrovasculares), avances que han transformado la medicina y aumentando la esperanza de vida.


En relación a la Marcha por la Ciencia, Berg dijo: “Es una tremenda oportunidad para destacar la importancia de la ciencia y sus beneficios para la sociedad. [Es importante] comunicar la relevancia y los impactos de los avances científicos, el papel central que la ciencia puede desempeñar para afrontar los retos a los que nos enfrentamos hoy. También, la importancia de la investigación fundamental tanto para el progreso a largo plazo como para el enriquecimiento cultural”.


Quizás los científicos mismos tengamos también parte de culpa por permanecer demasiado en nuestras “torres de marfil” o “templos del saber’” de universidades y centros de investigación y deberíamos hablar con más contundencia que la ciencia está basada en la búsqueda de “la verdad” y de que el método científico solo permite aceptar hechos observables y contrastables. Debemos concienciar mejor al público para que se rechacen las supersticiones y pseudociencias como la astrología, homeopatía, curanderos y tratamientos o curas no probadas, o teorías de conspiración como que el hombre no fue a la luna o que los extraterrestres están entre nosotros y cosas por el estilo.


Frases cortas: humor y concienciación

Para acabar en clave esperanzadora y optimista, traduzco del inglés unas frases cortas proporcionadas por lectores, que la revista anteriormente mencionada publicó en referencia a la defensa de la Ciencia:

- La verdad no tiene fronteras: trabajemos juntos.

- La Ciencia mejora nuestras vidas: abrázala.

- ¿Has tenido las paperas? Yo tampoco. ¿Has tenido polio? Yo tampoco.

- Ébola, Zika, pandemias: La Ciencia salva vidas.

- Tu naciste científico (preguntándote el porqué de todo)… recuerdas?

- Ciencia: el futuro depende de los avances de hoy.

- Ciencia: Explorando lo desconocido para conseguir un mundo mejor.



¡Ah! ¡Se me olvidaba!... También dijo Einstein: “En mi opinión, la contribución más valiosa del hombre a la reconciliación internacional y a la fraternidad duradera radica en sus creaciones científicas y artísticas, porque elevan el espíritu humano".


Julián Gómez-Cambronero;


 

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