martes, 23 de diciembre de 2014

La cruda realidad de los sin techo. Los grandes olvidados.


Fotografía remitida por un amigo de Manzanaresenimagenes, y capturada el pasado fin de semana.

José, posiblemente era hasta hace poco trabajador de clase media, seguro que comenzó a trabajar a los 12 años, ahora con algo más de 50, el paro ha interrumpido en su vida y con toda seguridad se la ha destrozado. José pide ayuda en la calle, pero sobre todo pide un trabajo.

Lleva más de seis meses viviendo en la calle acuestas con su pasado, con su historia, la cual se oculta bajo una caja de cartón que le ayuda a soportar el frio de la noche junto a su fiel chucho. Sus hijos no saben que es un sin techo.

La navidad va a ser cruda para él.  Pasamos por delante, pero nadie le vemos, es el invisible. Nosotros generalmente pensamos en las comilonas y en los regalos, él no piensa que no podrá comprar un juguete a sus hijos, piensa si podrán comer, si podrán calentarse, si podrán soñar… Él, el invisible será quien pase la Navidad en la calle.

La Navidad va a ser para los “sin techo” a los que no les queda otra forma que vivir que la intemperie una dura realidad. 

Fotografía remitida por un amigo de Manzanaresenimagenes, y capturada el pasado fin de semana.

José, trabajó de camionero, y ahora se siente abandonado por las instituciones y la sociedad, y esta será su primera Navidad así, y aún a pesar de eso no pierde la esperanza, espera que su situación acabe pronto.

Él no eligió la calle, sino que la calle le eligió a él. Un trabajo es la delgada línea que le separa de volver a recuperar una vida digna, la que se ganó con su esfuerzo y ahora la crisis (que él no ha provocado) le ha robado.

Ojala que los Reyes Magos, o Papa Noel, nos traigan un poco de sensibilidad para el corazón de los políticos y los ciudadanos. Al fin y al cabo, sólo queda confiar en la magia de la navidad.

España cuenta ya con más de 40.000 personas sin hogar.

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