domingo, 19 de junio de 2016

“Cartas” Artículo de opinión de Jerónimo Calero Calero



CARTAS

Jerónimo Calero Calero
Acabo de leer las cartas con las que los cuatro cabezas de lista más significativos nos piden su voto: la emotiva de Esperanza que tuvo que emigrar a Londres y sueña con su regreso a España y extraña a su familia y echa la culpa de su situación a quienes han hecho una política de recortes y se confiesa votante de Unidos Podemos. La pragmática de Ciudadanos con reivindicaciones tan manidas como prometedoras. La recurrente  del PSOE, reivindicando  consignas que parecían haber quedado atrás y se afianza en lo que ha estado machacando durante estos meses para que “todos y todas” –qué manía con esto de diferenciar los géneros cuando todos sabemos que los denominativos genéricos no excluyen a ninguno de los géneros sean estos masculinos o femeninos- entiendan que la solución de los problemas pasa por su personal manera de hacer política. Y la peculiar del gobierno en funciones que aboga por seguir trabajando en la misma línea en la que lo han hecho hasta ahora, garantizando la luz al final del túnel y comprendiendo que los votantes ya están cansados de tanta palabrería y de tanto político.

“por qué durante este medio año na ha habido nadie capaz de dar su brazo a torcer”



Y uno que es crédulo y ve que todos los planteamientos van encaminados hacia el bien común, no termina de entender por qué durante este medio año na ha habido nadie capaz de dar su brazo a torcer. Es más, piensa que tal y como han presentado sus campañas, nuestros políticos siguen a la greña y nada en sus mensajes, hace ver que se estén buscando vías de entendimiento. Analizadas una por una, todas las cartas son excluyentes, por lo que si volvieran a repetirse las posturas de los votantes, nos volveríamos a encontrar en el mismo callejón sin salida del que ahora partimos.

“nuestros políticos siguen a la greña y nada en sus mensajes, hace ver que se estén buscando vías de entendimiento”



Personalmente, creo que el pueblo ya se manifestó. Y que los que no han sabido dar la talla han sido nuestros políticos, por lo que no sé, qué es lo que se pretende con esta nueva cita a las urnas: quizá que en un exceso de prudencia cambiemos nuestra forma de encarar la situación y volvamos al
bipartidismo para evitar complicaciones de mayor índole. Es cierto que en los años que España lleva de democracia nunca se había dado una situación semejante a la actual. Pero aquí estamos. Y son los nuevos retos los que modifican, para bien o para mal (eso lo dirá el tiempo) los que hacen que la decadencia que se produce en todo aquello que dura más de lo debido, tome nuevos impulsos. Lo malo, si viniera como consecuencia de una fusión atípica, se podría modificar cuando hayan transcurrido otros cuatro años. Como está sucediendo siempre. ¿Dónde nace entonces el problema que los políticos vuelven a echar sobre nuestros hombros? ¿Dónde está esa soberanía popular que emana de la democracia?


Definitivamente, y echando mano de uno de esos refranes populares que son la fuente de toda sabiduría: “Decir no es hacer”.


Que ustedes lo voten bien.

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